En nuestro país el desarrollo del Helado Artesanal durante la primera mitad del siglo pasado se debe en principio a la llegada de los inmigrantes de origen italiano, país que como todos sabemos es sindicado como la cuna del helado. Estos pioneros traían en sus alforjas recetas de helados que habían heredado de sus antepasados y que guardaban celosamente como «secreto de estado».
Elaboraban sus helados con productos frescos, no interviniendo ningún aditivo. Para los de fruta al agua procedían a hervir el agua con el azúcar en una olla durante unos minutos, para luego dejar a enfriar el jarabe obtenido en piletones llenos de agua fresca. Terminaban la mezcla agregándole la fruta correspondiente al gusto elegido. A este tipo de helado se lo denominaba «uso Nápoli» . La mezcla para los helados de crema la cocinaban también en ollas y las enfriaban con el mismo procedimiento de la pileta, con lo cual lograban una seudo «pasteurización» muy defectuosa.
La congelación la efectuaban en las máquinas verticales, las antiguas «Siam» cuya excelencia está demostrada ya que una cantidad apreciable de ellas a pesar de los años pasados siguen funcionando sin problemas.
Para la conservación del helado se utilizaban las conservadoras de calcio de tapa redonda, las que siguen en uso en la actualidad aunque reemplazando el calcio por glicol. Una de las características de este helado era la fabricación y su consumo en el día, por lo que los problemas que podrían derivar en el tiempo de una receta o elaboración defectuosa no llegaban a aparecer. Con el surgimiento de diversas materias primas se comenzó a tecnificar la elaboración, complementándose los productos frescos, entre otros, con estabilizadores neutros y específicos, pulpas de frutas, pastas y cremas concentradas, que fueron posibilitando con el agregado del balanceo de recetas, la permanencia del helado en las conservadoras durante un tiempo sin sufrir alteraciones mayores en su estructura.
Promediando la segunda mitad del siglo el Heladero Artesanal comenzó a utilizar en forma paulatina nuevas maquinarias, como ser la fabricadora horizontal y los distintos tipos de pasteurizadores, que permitieron la obtención de un helado bromatológicamente apto, adaptado al requerimiento del Código Alimentario Argentino, como asimismo de una textura superior. Con estos avances tecnológicos unidos a una mayor información general se fue perdiendo la idea de recetas secretas, aunque manteniéndose la forma particular de cada heladero y su toque personal que hacen del Helado Artesanal un producto bien diferenciado de otros de producción masiva.
Ya hacia el final del siglo se terminaron por imponer las conservadoras abiertas (exhibidoras), de gran poder de venta, que si bien son utilizadas en otros países desde hace muchísimo tiempo, en el nuestro fueron resistidas por el hecho que el helado se mantiene mejor en las conservadoras de glicol.
A dia de hoy los altos costos de las conservadoras de glicol y la amplia oferta en el mercado de generadores electricos ayudo a posicionarse a las conservadoras de frio directo, mas economicas pero que conservan el formato cerrado que poseian las de glicol